Hace años fuí deportista y aprendí mucho de ello. Me acuerdo cuando empecé, tenía muchas expectativas, pero no sabía como iva a salir está nueva experiencia. Era chaval y me gustaba mucho el deporte, ya hacía mucho y practicaba fútbol, montaba bicicleta con una BMX que tenía y me iva con mis amigos de excursión al campo en la ciudad donde vivía casi a diario. Pero quería más, quería entrenar natación y así que hable con un entrenador que conocía que era el entrenador del equipo de natación local. El me contesto que por la edad no tenía mucho futuro ya y era cierto, este es un deporte que hay que empezar desde niño para poder desarrollarlo de manera muy competente. Pero fui insistente y me aceptó en su equipo.
El primer año fue muy duro porque tuve que entrenar demasiado para poder tener algo de nivel y me exigieron mucho. Me dí cuenta que el entrenador no daba un respiro en los entrenamientos y llevaba muy a rajatabla los tiempos y las metas que se proponía que un nadador debía mejorar. Los entrenamientos eran de lunes a sábado y duraban 3 horas y los hacíamos por las tardes después del colegio. Llegaba tan cansado a casa que muchas veces no cenaba sino que directamente a la cama. Entrené durante 3 años hasta que acabe mi etapa de estudio de colegio y luego en la universidad sólo continúe un año más, ya no tenía tiempo.
De está etapa aprendí muchas cosas muy interesantes y que me han sido útiles en la vida.
Una de ellas es que hay que proponerse metas y luego luchar por ellas, esto requiere mucho trabajo, trabajo y más trabajo. No puedes descansar porque cuando estaba haciendo series en la piscina y terminaba, inmediatamente arrancaba la siguiente serie de trabajo y no tenía tiempo sino de seguir. Otra de las cosas que me quedo muy claro es que hay que divertirse con lo que haces y pasártelo muy bien, esto es clave porque algo en lo que al final sientes pasión entregas hasta lo que no tienes.
El entrenador era mi mentor porque aparte de ser mi entrenador me enseño lo que es la disciplina y lo que se puede lograr con ella. Pero al final la auto disciplina es la que vale, eso es lo que aprendí. El respeto por mi mentor y aprender a ser humilde para ser agradecido porque sus enfados conmigo cuando me exigía me ayudaba a sacar lo mejor de mí en ese momento en un entrenamiento.
Cuando llegaban los torneos de natación en los que participe, en relevos, etc, era la recompensa porque gané algunas medallas pero sobre todo la satisfacción de estar allí evaluándome. También me divertí mucho, conocí a gente maravillosa, gente muy buena en el deporte y como personas, sobre todo el compañerismo, la amistad y el trabajo en equipo.
Ahora pasado el tiempo he comprendido que lo que aprendí era ser Emprendedor, ha distinguir las acciones que tengo que realizar para conseguir lo que quiero, tener el enfoque para poder proponerme metas. Que el gran objetivo tiene etapas y que estás hay que trabajarlas poco a poco, pero sin descanso, sin respiro, con perseverancia para poder obtener resultados.
La fuerza la tienes en tu forma de pensar, en tu predisposición para mejorar tu aptitud de afrontar las cosas y luego la actitud con las que las realizas. Cuando entrenaba natación tuve que aprender a mejorar técnicas para nadar más eficientemente y poder mejorar tiempos, esto significa que tengo que aprender cosas nuevas de acuerdo a mi nicho de negocio mediante la lectura, viendo vídeos, escuchando podcast, etc y en esto Internet nos ayuda muchísimo.
Selecciona a tu mentor o mentores apropiados según tu criterio, sígueles con el deseo de aprender, siempre con sentido crítico, sé selectivo en lo que te interesa. Practica el compañerismo a través del Networking sea a través de asociaciones de emprendedores, redes sociales, reuniones de emprendedores, charlas. Comparte la recomendación de los profesionales que te inspiren confianza y que conozcas. Colabora y participa en congresos, conferencias y charlas.
Ser Emprendedor siginifica pasión, satisfacción, trabajo, trabajo… QUE TE DIVIERTAS!!!
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