Amigos la vida en cada una de sus etapas nos suceden muchas cosas, unas divertidas, otras que nos afectan y aprendemos de ellas. Nuestros padres cuantas veces los sacamos de quicio con nuestro comportamiento erroneo y cuantas veces nos felicitaron con las cosas acertadas que hicimos. Nuestros fracasos y éxitos, todos tenemos una historia que lo que hemos hecho nos ha ido bien y otras historias que hemos fracasado. La vida es un continuo azar de acontecimientos que algunos controlamos y otros no, algunos le llaman suerte pero yo que creo es que simplemente no existe.
Somos dueños de nuestro destino y depende de nosotros que las cosas salgan o no, por lo menos debemos predisponerlas a que aparezcan pero esto requiere de trabajo, y más trabajo. Pero trabajando con conciencia de lo que se quiere conseguir, estar enfocado en nuestras metas, pero hay que ser terco y seguir trabajando para alcanzarlas. A veces nos cansamos y nos sentimos desilusionados por las circunstancias, pero entonces debemos parar y pensar, tener la tranquilidad para ello para luego reflexionar. La reflexión nos ayuda a encontrar los errores que podemos haber cometido, pero la reflexión nos ayuda a evolucionar, a ser mejores.
Pero para ser mejores hay que cambiar cosas de nuestra forma de ser, hay que saber relacionarse con otras personas, mejorar la forma de interrelacionarnos. Una de las cosas más bonitas de las relaciones entre personas es la confianza es allí donde debemos llegar, pero basándonos en el respeto por el otro, sabiendo determinar cual es el límite del cual no puedes pasar.