Con quien te juntas… dice el dicho popular, esto tiene mucha sabiduría práctica porque las personas que son cercanas a nosotros influyen no un poco sino muchísimo, por eso debemos cuidar con quien nos relacionamos. Cuando comentas un proyecto que deseas realizar a alguien recibes críticas pero no precisamente constructivas, también te dicen que ese proyecto no te va a salir, te hablan de dificultades, son negativos en todo lo que hablan. A veces esto puede ser envidia aunque se hable de envidia de la buena, cosa que no considero así porque envidia no es correcta de todas maneras.
La influencia de las personas con las que nos rodeamos sean familia, amigos, compañeros de trabajo, amigos de amigos, clientes debe ser enriquecedora, debemos estar dispuestos a brindarnos hacia los demás de manera honesta y recibir eso mismo de los demás. Debemos ser prósperos siempre y está debe ser no sólo en lo material sino de corazón para que sea de verdad, es un intercambio mutuo donde la confianza, la empatía, la compañia, el cariño y la energía predominen siempre. Esto es mi punto de vista de lo que debe ser luego la realidad es otra, lo cual soy yo el responsable de decidir con quien me junto, saber decir no de una manera elegante sin ofender a nadie, no somos para todo el mundo ni todo el mundo es para nosotros.